domingo, 29 de julio de 2012

¡Ay! Pucela

       La Historia a mí manera

      Siempre que vuelvo me emociono un poco, cada vez menos, cada vez de forma  diferente.
     Quedó atrás  la urgencia de ir como mucho una vez al mes. Después con los niños se fueron espaciando las visitas, hasta que se quedó como obligatoria y sagrada la de las  Navidades que todavía no se ha roto, aunque ya somos menos, y allí también.
      Esta semana pasada estuve en Valladolid y he caído en la cuenta de que nunca he ido para hacer turismo,  que me limito a ir a los sitios fijos donde vive  la familia.  Procuro ir más a menudo, eso si,  ya que no tengo que preparar más que mi maleta, y las ciencias adelantan que es una barbaridad;  tardo casi lo mismo de Alcalá a Chamartín que de Chamartín a Pucela.

Estación  de ferrocarril Campo Grande.  foto: Internet

Basta salir de tu ciudad e ir  a otro sitio a vivir  y empiezas a  conocerla mejor a través de los demás;  y te vas enterando, porque prestas más atención,  de porqué es famosa, qué tiene que hay que ver sin disculpas Y a mí que no me gusta presumir de nada…
      -Que es dónde se habla mejor el castellano. Bueno
      -Que tiene el Museo más importante de Escultura en  Madera Policromada. Vale
      -Que fue capital de España en el S. XVI.  Pues qué bien.
      -Y que allí nació Felipe II, lo de la ventana,* eso siempre me hizo gracia, y yo lo explicaba como si hubiera estado allí.
      -Que allí vivió Cervantes, y hay una casa muy chula que se la atribuyen a él. Seguro
      -Que su Universidad es de las más antiguas de España. Muy interesante, no digan.
      -Y la Semana Santa, ¡por Dios que no se me olvide! De las más interesantes y de importancia por su arte y sobriedad como todas las de Castilla. Hace mucho que no la veo, pero he pasado todo el frío del mundo cuando era obligatorio hacerlo, con un primaveral traje de chaqueta, porque era la costumbre, (según  palabra de madre). Hasta que un día decides que le vas a dejar el sitio a alguien que no lo haya visto nunca. A lo mejor es el momento de hacerlo otra vez,  pero tanto tiempo de pie, no sé, no sé.

 ¡Ah! y por qué Pucela:
      “Dicen, se cuenta, que en el S.XV unos cuantos caballeros vallisoletanos fueron con sus huestes a Francia  a luchar al lado de Juana de Arco en contra de los ingleses. A Juana, la conocían como la Doncella de Orleans. En francés doncella se dice “pucelle” y en el castellano de entonces era parecido a pucela. Al terminar la guerra (de los Cien Años) los caballeros volvieron a Valladolid y empezaron a contar las azañas” (normal) “y todo lo sucedido con la pucela de Orleans. A partir de entonces empezaron a llamarles pucelanos y de ahí el epónimo de Pucela”. ¡Pero! no hay documentación que avale lo de los caballeros. Así es que vaya usted a saber, de la historia lo más interesante son las anécdotas. Hay alguna versión más, pero a mí me gusta esta.


A la izquuierda la Iglesia de San Pablo, a la derecha el  Palacio Pimentel,  donde nació Felipe II.
 Foto Internet
         *Lo de la ventana: Cuenta la leyenda  que para bautizar a Felipe II le sacaron por una ventana del palacio en vez de por la puerta como  es lógico. El asunto era, que de salir por la puerta le correspondía la Parroquia de San Martín, más de plebeyos. Era de más categoría la Iglesia de San Pablo (dónde va a parar), que daba a la calle donde estaban las ventanas. Pues al niño se le saca por la ventana y punto. Para tapar el hueco pusieron unas cadenas, y así tener que explicarlo durante siglos.
      Ya se hacía; tú pones  las normas  que ya nos las saltaremos  y más si es por un Príncipe que estaba llamado a ser rey de medio mundo. Que un día se le ocurrió hacer El Escorial y nos dejó todo a medias. Pucela hecha unos zorros por los siglos de los siglos. Amén.

     Como pueden suponer Valladolid es mucho más, y más serio que todo esto, yo les animo a que la visiten.
     No tengo fotos hechas por mí, ¡que ya es! No me acostumbro a ir de fotógrafa.

   P. Merino.




sábado, 14 de julio de 2012

Qué no parezca...


           


            Para que no parezca que no vivo en este mundo, y que me resbala todo lo que pasa en él,  porque aquí  sólo escribo cosas sin importancia,  -para pasar el rato-  que me invento, o que me imagino, y entremedias  acudo  a poemas que me gustan,  que a veces  acabo de descubrir. 

            …Qué no me entero de los recortes salvajes, con los que nos desayunamos ayer, y también de los anteriores.
 …Qué no me doy cuenta de que hay muchos, demasiados, parados, y los que va haber (ojalá me equivoque).
 …Qué no veo, la clase de políticos (no todos) que tenemos, ineptos, ignorantes, corruptos, y ahora también  soberbios,  y prepotentes. ¡Qué mala es la mayoría absoluta!
 …Qué no creo, que se puedan evitar tantas declaraciones, banales, incomprensibles y obscenas, sólo y exclusivamente para  engañar  y ponernos de mala leche a los votantes  y de paso machacar al contrario.
 …Qué no sufro, por el presente que tienen los que están,  y el futuro que les dejaremos a  los   que están por venir.
 …Qué no  he advertido ya  los cambios en los medios de comunicación,  por ejemplo, en  rne,  ya empezó el baile de sillas  y en  tve,  también, cadena,  me temo pronto dejaré de ver y que por si  no se han dado cuenta este fin de semana, muy sutilmente nos propone la magnífica película, “El árbol del ahorcado”, (no hacía falta dar ideas).
      Según estamos, ¿no sería más conveniente “El camarote de los hermanos Marx”, (Una noche en la ópera) ya que ni siquiera  nos sirve el espectáculo cada vez más denigrante de los señores diputados en las Cortes?

 Esto y muchas cosas más, me tienen muy indignada y muy harta. Qué conste.

Ya sé,  que aunque no se diga, no quiere decir que no se piense.    
     
  P.Merino.            
                                                                   

domingo, 8 de julio de 2012

Libertad


La libertad de uno depende del respeto de los demás, a veces se me olvida  que la de los demás, depende también de mi.



Foto de Internet.



Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío
no se habría escapado,
pero así
ya no sería más un pájaro
y yo lo que amaba era un pájaro

                               Mikel Laboa, cantautor vasco.