Siempre
que veo esa escena me produce la misma, triste impresión.
Es
casi el final de la película:
Sentada
a un lado de la mesa la madre
reverenda, presentando unos papeles, a
la monja que está sentada al otro lado que los coge, y a la vez que los mira. De pie observando la escena y ejerciendo de testigo, un sacerdote representante de la alta magistratura de la Iglesia.
Un
momento en que se produce una atmósfera dramática y de extrema tensión, cómo si se fuera a cometer la herejía más grande
de la historia.
La elegancia y delicada entereza de la hermana Luca, (Audrey Hepburn), firmando el
finiquito con Dios, ante la mirada seria y contrariada de la Reverenda Madre,
(madrastra diría yo) y la cara de circunstancias del sacerdote que no espera para ver consumar el acto de ruptura, desapareciendo rápidamente de la habitación, puede con todo, sin perder ni un ápice de dignidad en su trascendental decisión.
La
Madre sí espera, habrá de recoger los
papeles una vez firmados, y cuando ya no hay vuelta atrás, sale
precipitadamente dejando a la monja de rodillas esperando un gesto de
bendición, perdón, como fin y despedida del tiempo que duró su compromiso con Dios, no sin antes
indicarle que cuando haya terminado hable con la hermana portera, (la más baja del escalafón).
Entra en otra habitación donde están sus ropas de calle, de persona normal, y en una insoportable soledad, se celebra la liturgia del principio, pero al revés, contrastando enormemente con las tres emocionantes y cuidadas ceremonias, en un bonito templo, entre rezos y cantos, acompañada de todas las “madres”, “hermanas” y compañeras en las promesas a Cristo que allí hicieron. A lo lejos los familiares, que tras unas rejas, observan los acontecimientos con cierta pena y resignación.
Entra en otra habitación donde están sus ropas de calle, de persona normal, y en una insoportable soledad, se celebra la liturgia del principio, pero al revés, contrastando enormemente con las tres emocionantes y cuidadas ceremonias, en un bonito templo, entre rezos y cantos, acompañada de todas las “madres”, “hermanas” y compañeras en las promesas a Cristo que allí hicieron. A lo lejos los familiares, que tras unas rejas, observan los acontecimientos con cierta pena y resignación.
Y
ya, nadie de "este mundo", para darle una sonrisa de despedida. La puerta se abre sola y aparece
una calle estrecha y solitaria, con una
tenue luz al final, que recorta la figura de la mujer andando lentamente, sola y algo desorientada, dejando al espectador (a mí) con la misma sensación de desconsuelo que de indignación.
“Historia
de una monja”, es una maravillosa película que aunque conocida, no puedo dejar
de ver, siempre que la ponen en tve. El título deja claro, de qué se trata: Todo lo que ocurre en la vida de una mujer joven, buena enfermera, querida por su familia, desde que se hace monja, hasta que los problemas de inseguridad y contrariedades en su vocación, le hacen abandonar la vida religiosa.
Y
sin perder de vista eso, y desconocer hasta que punto esta escena puede tener que ver más o menos con la realidad, y hacer verdaderos esfuerzos para no prejuzgar a nadie, es ante todo, la injusta y tristísima impresión que mí me produce.Historia de una Monja (1959)
Director: Fred Zinnemann.
Interpretes: Audrey Hepburn y Peter Finch.
Basada en la novela The Nun´s Story (1956) de la escritora estadounidense Kathryn Hulme.
Novela inspirada a su vez en la vida de la exmonja y enfermera belga, Marie Louse Habets.
Tuvo 8 nominaciones para los Oscar 1959.
Puri Merino.
Foto Internet.
Es una visión muy crítica aunque a la España del momento le pareció estupenda y recibió todos los premios y honores en el festival de San Sebastián. Preciosa actriz y de momja más todavía, increíble. Y el papel del médico, de diez.
ResponderEliminarIrracionalidad, qué irracionales podemos ser los seres humanos. Una persona inteligente con preparación adecuada para ayudar al prójimo,,,no tiene por qué meterse en una cárcel, sometida a silencios mayores y menores.
Las tonterías que inventamos los seres humanos.
Besos, Puri.
Está basada en una historia real.
ResponderEliminarY ver a esa actriz es un lujo.
Hay actrices que nos hacen creer lo que vemos. Ella fue una de estas. No conozco la película, pero si ella fue la protagonista entiendo tus palabras, la dulzura que irradiaba en su vida también la ponía de manifiesto en sus películas.
ResponderEliminarBesitos Puri
¡Y yo que no he visto aún esa película!. Con lo que me gusta la actriz...
ResponderEliminarHas hecho un buen estracto del momento final y me has abierto el apetito de verla. Veré si está en You Tube.
Muchas gracias por pasar por mi blog y dejarme tan cálido comentario.
Que tengas un hermoso verano.
Besos
Volví a ver esta peli el otro día en TV y me gustó tanto cómo la primera vez que la ví.Besicos
ResponderEliminarDivina Audrey H en el rol del personaje del libro y una vida increíble la de la monja real MLH.
ResponderEliminar¡Qué gran película y si, tienes razón, triste esa escena, muy triste!
Besos
Tremenda llantina me pegué con esta peli. Era una niña muy pequeña pero me dolía todo lo que pasaba.
ResponderEliminarBesitos besitos