sábado, 28 de diciembre de 2013

Cuento de corral

No es un cuento de Navidad aunque lo pudiera parecer, pero aprovecho para dedicárselo a todos los que me visitan, y desearles con cariño unas   ¡Felices Fiestas!.

No es la primera vez que Benito, que es casi un crío, se levanta temprano para ir a la ciudad. Aproximadamente una vez al mes ha de llevar unos cuantos animales (esta vez dos pollos) para venderlos en el mercado cuando las provisiones familiares empiezan a escasear.
            Y tampoco es la primera vez que obedece la orden de su padre de mala gana. Él se ocupa de los animales, y sucede que se encariña con ellos, en cuanto  les pone nombre.
            -No se puede hablar con alguien todos los días si no tiene nombre, -dice Benito-, aunque tenga plumas.
            “Carol”, una hermosa gallina robusta, pechugona y de patas fuertes señal de ser buena ponedora, y “Roque” un apuesto gallo de gran cresta y bonitas plumas de colores, del marrón oscuro al rojo sangre, y la garganta más clara y ruidosa del gallinero, eran los elegidos esta vez para el sacrificio. Los dos tenían en común sus ojos, unos círculos diminutos como pildoritas brillantes y en constante movimiento, que miran al muchacho con curiosidad y extrañeza al notar el espacio reducido de la jaula donde están desde hace un rato para hacer el viaje.



            Y qué  puede hacer Benito si no lamentarse en silencio, -la vida es así- le decía su padre. De no venderlos,  pensaba, hasta se alegraría… pero sólo a medias.
            Por el camino se preguntaba quién se los compraría y hacía verdaderos esfuerzos para no imaginárselos en el punto final; en una bonita bandeja con muchos adornos comestibles alrededor y untados de pringosas salsas, en el centro de una gran mesa y quién sabe si acompañados de algún que otro animal de su linaje; un pato a la naranja, un cochinillo asado con una manzana en la boca o unas perdices escabechadas del día anterior. Y sentados a la mesa, personas muy elegantes esperando para empezar el festín.
            Los pensamientos le hicieron más corto el camino y sin darse cuenta se plantó en la alegre y ruidosa ciudad. La gente entraba y salía de las tiendas con prisas y se apañaban para no tropezar  con los montones de nieve acumulados en las aceras. En casi todos los escaparates había carteles donde se leía:

            “Se prohíbe vender toda clase de animales de corral. 
            Peligro de contagio por una peste desconocida”.

            Benito se quedó ensimismado mirando el cartel, y hasta que no le llegaron los mocos a la boca  no se dio cuenta de que estaba llorando,  aunque no sabía exactamente por qué.

Purificación.   
(Publicado por primera vez en el blog amigo: TALAVÁN TALAVÁN CUENTA).  
     
Imagen Internet                                                                           

11 comentarios:

  1. Era un pequeño gran drama, no me extraña que llorara. Un cuento de corral con sensibilidad.

    Feliz Año, Pamisola.

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  2. Nunca sabremos por qué lloraba. Ni él tampoco.
    Pero mañana , lo sabemos, tendrá una sonrisa, un huevo de Carol y el alegre canto de Roque.

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  3. Seguro que de alegría. A pesar de necesitar ese dinero en su casa...

    Besos

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  4. Un final feliz para los amigos con plumas y cresta........me he alegrado mucho por ellos pues me habían caído muy bien.Besicos

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  5. Entrañable este cuento, al final la peste sirvió para algo.

    Deseo que tengas una feliz salida de año, y que el amor, la paz, y la felicidad, inunden tu alma durante todo el año 2014.

    ¡Feliz año!

    Un beso.

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  6. Me gusta mucho la descripción que haces de los animales. No recuerdo haberlo leído en el blog de Pedro.

    FELIZ AÑO 2014. Deseo que , como los o los personajes de tu cuento, también nos podamos salvar y salir de este enredo.

    Besos

    Luz

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  7. Vale, esta noche me tocarán langostinos...
    2014 abrazos, o menos

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  8. Un cuento con moraleja "los sueños a veces se cumplen". Bonita manera de despedir el año Puri.
    Te deseo mucha Salud, alegrias y amor para este 2014.
    Besos

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  9. ¡Qué bueno! Hasta yo me he alegrado, me encantó de veras.
    Un fuerte beso y Feliz Año Nuevo.

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  10. ¡Qué bien que se salvaron, como para no emociocionarse!

    Muuuuuuy Feliz año para ti y los tuyos, Puri y mil gracias por tus cariñosas palabras en casa.

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Por razones ajenas a la autora de este blog, no se admiten comentarios anónimos. Pido disculpas y espero volver a permitirlos más adelante. Gracias.