Estaba contenta, y se arregló más que otros días. Se puso esa maravillosa blusa que se compró un día de esos de baja autoestima en que a una todo le parece insignificante, también el precio.
En la mesa de los domingos ya todo estaba dispuesto, quedaba el rato de espera en que se podía relajar y pensar. Cómo siempre tuvo que hacer "filigranas" con el menú, pensando en complacer a todos, porque hoy esperaba a todos... también a los que últimamente estaban lejos, aun sin estarlo.
Sugerencia de esta fantástica acuarela de Michael Holter.
Puri Merino.