La Historia a mí manera
Siempre que vuelvo me emociono un poco,
cada vez menos, cada vez de forma
diferente.
Quedó
atrás la urgencia de ir como mucho una
vez al mes. Después con los niños se fueron espaciando las visitas, hasta que
se quedó como obligatoria y sagrada la de las
Navidades que todavía no se ha roto, aunque ya somos menos, y allí
también.
Esta semana pasada estuve en Valladolid y
he caído en la cuenta de que nunca he ido para hacer turismo, que me limito a ir a los sitios fijos donde
vive la familia. Procuro ir más a menudo, eso si, ya que no tengo que preparar más que mi
maleta, y las ciencias adelantan que es una barbaridad; tardo casi lo mismo de Alcalá a Chamartín que de
Chamartín a Pucela.
Estación de ferrocarril Campo Grande. foto: Internet Basta salir de tu ciudad e ir a otro sitio a vivir y empiezas a conocerla mejor a través de los demás; y te vas enterando, porque prestas más atención, de porqué es famosa, qué tiene que hay que ver sin disculpas Y a mí que no me gusta presumir de nada… |
-Que es dónde se habla mejor el
castellano. Bueno
-Que tiene el Museo más importante de
Escultura en Madera Policromada. Vale
-Que fue capital de España en el S. XVI. Pues qué bien.
-Y que allí nació Felipe II, lo de la
ventana,* eso siempre me hizo gracia, y yo lo explicaba como si hubiera estado
allí.
-Que allí vivió Cervantes, y hay una casa
muy chula que se la atribuyen a él. Seguro
-Que su Universidad es de las más antiguas
de España. Muy interesante, no digan.
-Y la Semana Santa, ¡por Dios que no se me
olvide! De las más interesantes y de importancia por su arte y sobriedad como
todas las de Castilla. Hace mucho que no la veo, pero he pasado todo el frío
del mundo cuando era obligatorio hacerlo, con un primaveral traje de chaqueta, porque era la costumbre, (según palabra de madre). Hasta que un día decides que le vas a
dejar el sitio a alguien que no lo haya visto nunca. A lo mejor es el momento
de hacerlo otra vez, pero tanto tiempo
de pie, no sé, no sé.
¡Ah! y por qué Pucela:
“Dicen, se cuenta, que en el S.XV unos
cuantos caballeros vallisoletanos fueron con sus huestes a Francia a luchar al lado de Juana de Arco en contra
de los ingleses. A Juana, la conocían como la Doncella de Orleans. En francés
doncella se dice “pucelle” y en el
castellano de entonces era parecido a pucela. Al terminar la guerra (de los
Cien Años) los caballeros volvieron a Valladolid y empezaron a contar las
azañas” (normal) “y todo lo sucedido con la pucela de Orleans. A partir de
entonces empezaron a llamarles pucelanos y de ahí el epónimo de Pucela”. ¡Pero!
no hay documentación que avale lo de los caballeros. Así es que vaya usted a
saber, de la historia lo más interesante son las anécdotas. Hay alguna versión
más, pero a mí me gusta esta.
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A la izquuierda la Iglesia de San Pablo, a la derecha el Palacio Pimentel, donde nació Felipe II. Foto Internet |
*Lo de la ventana: Cuenta la leyenda que para bautizar a Felipe II le sacaron por
una ventana del palacio en vez de por la puerta como
es lógico. El asunto era, que de salir por la puerta le correspondía la
Parroquia de San Martín, más de plebeyos. Era de más categoría la Iglesia de San Pablo
(dónde va a parar), que daba a la calle donde estaban las ventanas. Pues al
niño se le saca por la ventana y punto. Para tapar el hueco pusieron unas
cadenas, y así tener que explicarlo durante siglos.
Ya
se hacía; tú pones las normas que ya nos las saltaremos y más si es por un Príncipe que estaba llamado
a ser rey de medio mundo. Que un día se le ocurrió hacer El Escorial y nos dejó
todo a medias. Pucela hecha unos zorros por los siglos de los siglos. Amén.
Como pueden suponer Valladolid es mucho más, y más serio que todo esto, yo les animo a que la visiten.
No tengo fotos hechas por mí, ¡que ya es! No
me acostumbro a ir de fotógrafa.
P. Merino.
P. Merino.