Estuve a punto de hacerlo, y ahora no soy más que uno de los muchos que se preguntan por qué en algún momento no hicieron lo que habían pensado hacer.
Julio Cortázar
sábado, 16 de enero de 2016
Se acabó
Ya sé, lo mío es ir con retraso. La semana pasada ya se acabó, porque lo dice el calendario. Con todo cuidado recogí el belén, parte de la escenificación de la comedia anual cargada de costumbre y fervor a partes iguales. De nuevo envolví las delicadas figuras de cerámica, con el plástico de burbujas, sustituto del papel de periódico, y las coloqué en la caja, que aunque es la misma, siempre me falta sitio, las muevo una y otra vez hasta que el puzle encaja, después de arrinconar las velas grandes, apretujar las guirnaldas y axfisiar a las bolas que hace años ya no salen a lucir sus desgastados brillos. Enrollé el cordón de luces que admitirán una vez más el castigo de estar otro año más sin vida, sus chispazos de colores, junto a todo lo demás. Y a la vez que guardo los objetos, flases lejanos y de ahora mismo se mezclan como en la caja, con el orden que le da la gana a la imaginación. Y prefiere los lejanos y más persistentes a la vez.
Y ahí sigue aquella noche de invierno, negrísima y oscura, en que desde la ventana del salón, tres pares de ojos infantiles, ingenuos, pero capaces de ver lo que lo que los mayores no ven, inspirados y animados por la voz insistente del padre, vieron muy claramente como en el corral de la casa, abrevaban los caballos de los Reyes Magos, el blanco, el gris, y hasta el de color pardo oscuro, con tal grado de emoción y embeleso, que ni siquiera pensaron qué regalo les traerían. Imagen con tanta fuerza y emoción que no le deja casi sitio a ese murmullo tonto e incompresible, de ahora mísmo, como es la apariencia de los Magos Reales, al fin y al cabo poseedores de todas las ilusiones, concentradas en las miradas de quien, espero, sigan siendo capaces de ver lo que no hay, unos trajes verdaderamente majestuosos.
Ya está todo guardado, y la caja, en el sitio de siempre, sabe que estará olvidada otra vez por una larga temporada entre las cosas de la casa que, aunque casi no se usan, se sabe exáctamente donde están.
Sí se acabo y la caja ahora descansa en el trastero... Siempre me han emocionado las caras de los niños el día de la cabalgata de reyes Puri. La ví todos los años con mis niños cuando eran chicos, sigo viéndola con Paco cada año, esperando que alguno pueda volver a sentir esa emoción, si algún día tengo un nieto :)) Buen domingo. Un beso.
Me ha hecho gracia la mención al papel de periódico porque yo sigo envolviendo mis figuras del belén en dicho papel. Una vez un sobrino se levantó emocionado asegurando que había visto a los Reyes por la noche que abrieron la puerta de su habitación.....seguro que soñó con ellos y le pareció real. Besicos
En mi calle todavía están puestas las luces que ya no lucen. No hay prisa para recoger la Navidad. Me alegro de que vuelvas a iluminar muestro pequeño mundo bloguero. Besos, Puri.
Sí, se acabó todo el ritual de las Navidades, con todos aciertos y con todos sus defectos, pero los humanos parece que necesitamos estas irrealidades para continuar viviendo.En el fondo lo pasamos bien y si lo repetimos y guardamos "los trastos", es porque en el fondo, necesitamos repetirlo.
Me gusta la forma que tienes para describir la cotidianidad de nuestro vivir.
Besos
(Espero verte pronto. Hablaré con Kety y ella te contará)
Amiga, que bien describes esa sensación de guardar y recoger otra ver la navidad, aplazar las ilusiones y las esperanzas hasta el año próximo... Un fuerte abrazo, Puri
Sí se acabo y la caja ahora descansa en el trastero... Siempre me han emocionado las caras de los niños el día de la cabalgata de reyes Puri. La ví todos los años con mis niños cuando eran chicos, sigo viéndola con Paco cada año, esperando que alguno pueda volver a sentir esa emoción, si algún día tengo un nieto :))
ResponderEliminarBuen domingo.
Un beso.
Hasta el próximo año.
ResponderEliminarY en el medio, mucha , mucha suerte, alegrías
y lindas sorpresas y sobretodo, salud.
Un beso muy fuerte, Puri
Me ha hecho gracia la mención al papel de periódico porque yo sigo envolviendo mis figuras del belén en dicho papel. Una vez un sobrino se levantó emocionado asegurando que había visto a los Reyes por la noche que abrieron la puerta de su habitación.....seguro que soñó con ellos y le pareció real. Besicos
ResponderEliminarEn mi calle todavía están puestas las luces que ya no lucen. No hay prisa para recoger la Navidad.
ResponderEliminarMe alegro de que vuelvas a iluminar muestro pequeño mundo bloguero.
Besos, Puri.
Sí, se acabó todo el ritual de las Navidades, con todos aciertos y con todos sus defectos, pero los humanos parece que necesitamos estas irrealidades para continuar viviendo.En el fondo lo pasamos bien y si lo repetimos y guardamos "los trastos", es porque en el fondo, necesitamos repetirlo.
ResponderEliminarMe gusta la forma que tienes para describir la cotidianidad de nuestro vivir.
Besos
(Espero verte pronto. Hablaré con Kety y ella te contará)
¿Ves como no es tan difícil retomar el blog? ¡Con lo bien que lo haces! ;-))
ResponderEliminarBesos
A mí me cuesta mucho recoger la decoración navideña.
ResponderEliminarBesos.
A mí me encanta la Navidad, aunque este año fue muy triste por la ausencia de mi madre.
ResponderEliminarAún así hice el belén y me dio tristeza recogerlo.
Un besote
Amiga, que bien describes esa sensación de guardar y recoger otra ver la navidad, aplazar las ilusiones y las esperanzas hasta el año próximo...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Puri